La extorsión persigue a venezolanos dentro y fuera de Venezuela

Alejandro Rebolledo

Según el abogado penalista y Doctor en Ciencias Jurídicas, Alejandro Rebolledo, el delito de extorsión ha aumentado en la sociedad venezolana debido a la impunidad.  “En Venezuela todo el sistema está contaminado. Aquí gobierna la delincuencia organizada. El delincuente entiende que puede actuar sin ser sancionado, de allí el auge delictivo que estamos viviendo”.

En los últimos años cientos de venezolanos han sido víctimas del delito de extorsión. Incluso muchos han abandonado el país tras ser ellos o sus familiares víctimas de esta situación que, según estadísticas no oficiales, se ha convertido en el 3er crimen más común en Venezuela después del tráfico de drogas y el secuestro.

Más ricos y más pobres no escapan a la mano larga de los extorsionadores en una suerte de ruleta donde se mezclan la difamación, el secuestro, la amenaza y el miedo pero siempre con un fin común: la obtención de un objetivo que la mayoría de las veces es económico.

En un país como Venezuela donde la corrupción se ha institucionalizado la extorsión se ha convertido en práctica diaria. “Si me das 1 millón te renuevo el pasaporte”, “O contratas mi protección o te quemo el negocio”, “O me pagas o difundo tus fotos desnuda” son algunos ejemplos prácticos para evidenciar que la extorsión surge de la intimidación que es la amenaza de un mal para que se realice un acto que directamente afecta el patrimonio y/o el honor de la víctima.

Según el abogado penalista y Doctor en Ciencias Jurídicas, Alejandro Rebolledo, el delito de extorsión ha aumentado en la sociedad venezolana debido a la impunidad.  “En Venezuela todo el sistema está contaminado. Aquí gobierna la delincuencia organizada. El delincuente entiende que puede actuar sin ser sancionado, de allí el auge delictivo que estamos viviendo”.

Pero la situación se agrava, según Rebolledo, por las mismas condiciones socio – económicas que atraviesa el país. “La grave crisis financiera de Venezuela también contribuye. Sujetos que nunca se habían corrompido, públicos o privados, ahora por razones inflacionarias están tentados a hacerlo, y lo hacen”.

Por su parte, el abogado penalista experto en criminalística, Luis Izquiel coincide con Rebolledo en que la impunidad es la responsable del incremento sustancial de este y otros crímenes en el país. “Las cifras son alarmantes. Un alto porcentaje de los delitos de extorsión y secuestro en Venezuela se dirigen vía celular desde una cárcel venezolana. Increíblemente a una persona a quien le roban su vehículo o al que le secuestran a un familiar tiene que ir a pagar la extorsión a un penal”.

En un intento  por frenar esta modalidad criminal, Izquiel es promotor de la recientemente aprobada ley que prohíbe el uso de teléfonos celulares e internet en las cárceles venezolanas. “Con la aprobación de esta ley ahora el Estado tiene 9 meses para colocar bloqueadores de señales en los penales, método muy efectivo, por cierto, utilizado en países como Chile y Honduras”.

Sin embargo Izquiel no es muy optimista. A su parecer la única solución a la criminalidad en Venezuela es un cambio de modelo político. “No podemos avanzar si no se depura el Ministerio Publico, el Poder Judicial, los organismos de seguridad del Estado. Hay que deslastrar al sistema judicial venezolano”.

–        La extorsión como fuente de Poder

En Venezuela la amenaza de ser colocado en una “lista” pende sobre la cabeza de centenares de empresarios que dentro o fuera del territorio nacional, son vistos como posibles extorsionados.

 “En el país operan redes de extorsión que involucran a policías, funcionarios electos, funcionarios públicos  quienes arman expedientes falsos, vinculan a las victimas con grupos terroristas, con narcotraficantes, con grupos delincuenciales, para extorsionarlos. Incluso llegan a secuestrar a las víctimas o a sus familiares. Allí es cuando el empresario se va del país” explica el Alejandro Rebolledo.

Muchos empresarios venezolanos fuera de Venezuela han sucumbido a la presión de la extorsión, otros no. Mayoritariamente explican que pagan extorsiones como una manera de proteger a sus familiares o a sus trabajadores. “A mí me mandan emisarios casi todos los días para pedirme dinero. Basados en que si hice negocios con el gobierno. Se la pasan mandándome mensajes de que me van a poner en una lista, o que estoy en una lista, o que si pago me sacan de la supuesta lista. Yo no caigo en eso porque no he cometido delito alguno ni les tengo miedo pero si reconozco que hay mucha presión con eso” explica un acaudalado empresario que vive en Miami y que efectivamente tiene grabados a sus extorsionadores como evidencia de la delicada situación.

Según el abogado Alejandro Rebolledo el pago de extorsiones es un arma de doble filo porque si una persona cede a la extorsión, ya el extorsionador sabe que este es vulnerable y definitivamente va a reincidir en la extorsión. “Los empresarios son empresarios. No quieren verse involucrados en estos procesos judiciales que les quitan tiempo y les generan preocupaciones. Muchos pagan para evitarse estas situaciones y muchos otros también para evitarse secuestros”.

El problema con los grandes empresarios se complica cuando sus extorsionadores son otros “empresarios”. También cuando  periodistas, editores, columnistas y según algunos empresarios, hasta diputados electos de ambas posiciones políticas han tratado de extorsionarlos.

Con respecto a esta modalidad el abogado Rebolledo asegura que “efectivamente algunos funcionarios públicos amparándose en su investidura tratan de obtener beneficios económicos intentando destruir a empresarios que podrían estar vinculados con negocios que a veces  no están muy claros, muchos hoy fuera del país y les  envían  emisarios en su nombre a extorsionarlos”.

–        Laboratorios digitales de extorsión reputacional

Las redes sociales en particular y la tecnología digital en general se han convertido en las herramientas predilectas de los extorsionadores reputacionales. Presuntos periodistas manejan todo tipo de “portales digitales de noticias” desde donde agreden sin evidencias a empresarios y políticos por igual. Según el Dr. Rebolledo esa es una práctica común “El modus operandi en este tipo de extorsión es hacer creer a la victima que tienen mucha información sobre él/ella para destruirlo reputacionalmente y perjudicar su patrimonio y negocios. Pero también  le montan a la victima lo que popularmente conocemos como “OLLA” con informaciones falsas que ponen a correr por esos portales digitales que no tienen ninguna seriedad pero que mucha gente en su buena fe los lee y pueden llegar a creerlo”.

Agrupados a través de una página web y correo electronico (movantiextorsion@gmail.com) y con recibos de transacciones financieras en mano, conversaciones telefónicas grabadas, mensajes de texto, copias de cheques, evidencias de entregas en efectivo, empresarios se blindan ante los extorsionadores. Algunos, efectivamente, han cedido al chantaje.

“La verdad es que llegamos a un acuerdo. Yo si le pague a una gente vinculada a los medios porque sus campañas sucias estaban afectando mi negocio” asegura un empresario residenciado en el exterior.

Otros se han negado respondiendo al intento criminal a través de sus abogados logrando incluso el cierre de algunos portales digitales.

” Esta gente trataba y sigue tratando de intimidarme con la amenaza de publicar mi nombre en un libro o en un artículo y para no hacerlo me piden miles de dólares, como se llama eso?” pregunta otro empresario residenciado en el exterior cuyo nombre efectivamente circulaba por portales digitales venezolanos y quien asegura no haberse dejado extorsionar.

“La tecnología, para sorpresa de algunos, juega en contra de los extorsionadores, porque este tipo de victimas, lo empresarios, tienen todas las posibilidades económicas y tecnológicas para obtener las evidencias del intento de extorsión procediendo a denunciarlos y solicitando el enjuiciamiento de los mismos” concluye Alejandro Rebolledo.

Lourdes Ubieta

@lourdesubieta

MiamiDiario

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