Ceguera voluntaria y responsabilidad social

La delincuencia organizada ha encontrado en la actualidad un soporte de enriquecimiento que se nutre de las ventajas y exigencias de la apertura de los mercados internacionales. De ahí que ha sido calificada como “el lado oscuro para el desarrollo de los pueblos”.

Hoy vemos como los esfuerzos que realiza la comunidad internacional en la búsqueda de unir acciones en la lucha contra la delincuencia transnacional, aun siguen  siendo insuficientes ya que no garantizan un eficaz y rápido cumplimiento de las rogatorias de cooperación mutua entre los países.

Razón por la cual es de suma importancia tomar en cuenta la responsabilidad social, sobre todo cuando la de cada persona se mide, bien sea por sus acciones pero también por sus omisiones, sean políticas o económicas. En todo caso, hay que tomar en cuenta el contraste existente entre la culpa criminal y la doble moral, que generalmente surge por actos del gobierno, cuando  por acción o por omisión, se ve involucrado en grandes escándalos.

Esa doble moral que se ha vuelto parte de muchos empresarios, alimenta a la discriminación social, a la corrupción y a la violencia, a través de una ceguera voluntaria que permite la evasión fiscal, el contrabando, el lavado de dinero y otros delitos graves, originando que la delincuencia organizada avance… Prevenirla, controlarla y erradicarla sólo será posible si logramos mejorar los valores  morales,  la justicia social y los derechos fundamentales de los ciudadanos, empresarios y gobiernos. Tenemos un largo camino contra la delincuencia organizada…No es tarea fácil, pero hay cosas por las que vale la pena luchar.

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