Cinco razones por las que el Estado no logra combatir la delincuencia

 @arebolledo1

¿Por qué ningún plan de seguridad logra poner en cintura a la delincuencia?  ¿Cuáles son las políticas que han generado el crecimiento  de bandas delictivas organizadas? Describiré algunas razones para compartir esta impotencia diaria:

1. No se ataca a la banda delictiva en lo económico. Se sigue cometiendo el mismo error, se obvia el congelamiento de activos que maneja la organización criminal, con lo que se le permite seguir produciendo dinero para corromper a funcionarios, contratar abogados, intimidar testigos, víctimas, y por otro lado, continuar perfeccionando  su oficio: EL CRIMEN

Bandas delictivas como “Los Invisibles”, “Los Capraccio”, “El Picure”, “Los Rapiditos”…, son algunos de los grupos que aún operan en nuestro territorio, pese a la captura de alguno de sus miembros, especialistas en secuestros, extorsión, sicariato, tráfico de drogas, tráfico de armas, cobro de vacunas, homicidios, robos, siendo cada vez más peligrosas por la continua adquisición de armamento de guerra e incluso de destrucción masiva, como granadas fragmentarias. Pero, ¿cuál es la razón que mueve a estas bandas delictivas?: El dinero producto de la actividad ilícita.

Estas organizaciones criminales generan anualmente grandes cantidades de dinero producto de su oficio: el delito; por ello, deben organizarse en estructuras que les permitan desenvolverse con mayor eficiencia en el área criminal correspondiente para ello, reclutan a todo aquél que le sea útil para la búsqueda de su fin primordial. Este reclutamiento produce grandes gastos y con ello, el alza de una nómina costosa pero necesaria, la cual hay que mantener.

¿Por qué se afirma que aún siguen operando estas bandas organizadas, pese a la captura y supuesta desmovilización, por parte de los organismos de seguridad del Estado? Generalmente estas organizaciones criminales cuentan con un gran número de integrantes, pero todos le rinden cuentas a un líder, es decir, al que impone las reglas dentro de la organización criminal, y si éste es capturado y llevado a una cárcel venezolana, sólo se le quita la libertad, mas no el rango de operación, pues ingresa y pasa a medir su liderazgo, en la cárcel sigue dando órdenes y reclutando más individuos para su organización criminal. Entonces, ¿se desmanteló? Diferencia en la política criminal Europea: los líderes de las mafias cuando son encarcelados son aislados completamente del mundo exterior para así evitar cualquier comunicación que permita reorganizar al grupo delictivo o continuar su operación, mientras que en Venezuela, estos líderes al ser capturados, son jerarquizados y se convierten en PRANES. La gente desconoce la definición gramatical de esta categoría, pero tiene pleno conocimiento de su significado.

2. Los llamados “Territorios de Paz” . En modo alguno son pacíficos, por el contrario, son espacios geográficos sin la presencia de policías o militares que hagan un patrullaje continuo, entonces, ¿quién protege a la ciudadanía?, Los mismos grupos  delictivos, quienes al no tener ningún obstáculo policial se “adueñan” de estos territorios y someten a quienes allí habitan, obligándolos al pago de “vacunas” para brindarles “seguridad”, en esas zonas entre otras cosas ocultan a personas producto de los secuestros, por supuesto es imposible rescatarlos hasta que logren el objetivo, que es  el pago del rescate.

 3. El desarme de la población civil. Desarmar a la población civil que porta arma de fuego, los pone de rodillas frente a los grupos delictivos organizados, pues los delincuentes no van a la autoridad civil a solicitar un permiso de un arma de guerra, una granada, o el porte de municiones, mientras que al ciudadano común  se le exige una estricta documentación para obtener un porte, cada vez que se considera conveniente se suspende, lo que no ocurre con los delincuentes, quienes nunca se les suspende el porte, porque sencillamente no lo tienen. Mientras el ciudadano responsable sí cumple con la orden de no portar armas, el delincuente nunca lo hará, porque precisamente su oficio es no cumplir con la ley.

 4. El Ministerio Público y la capacidad de respuesta de este, frente a la problemática criminal incluso la seguridad de estos funcionarios para investigar estas organizaciones que tiene tentáculos en todos los estratos de la sociedad

5. El Poder Judicial. La autonomía de los Jueces para decidir sin temor a ser sancionados, sino por el contrario contar con el apoyo institucional para ventilar los casos acorde a las actuaciones procesales. El ciudadano ha perdido la capacidad de asombro con las cifras diarias, semanales, mensuales y anuales de homicidios.

Solo se repite una frase: “Lo único que pido que la muerte de mi hermano… de mi esposo… de mi hijo… no quede IMPUNE exijo JUSTICIA”.

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